¿QUE SON LOS "FAMOSOS" BLOQUEOS?
- Sabrina Rodríguez
- 19 jun 2020
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 29 jun 2020
Como deportista he experimentado bloqueos en más de una oportunidad. Sentir esa desesperación del no saber el POR QUÉ ni el CÓMO salir de esas situaciones fue realmente estresante, paralizante y hasta aterrador. ¿Pero qué son realmente? ¿Cómo se podía entenderse que lo mismo que me generaba tanta pasión como es mi deporte había podido convertirse en esos días en mi peor pesadilla? ¿Qué los había causado?
¿Cómo se salía de ese espiral descendente que parecía no tener fin y que ha puesto en jaque más de una vez mi rendimiento deportivo?
¿QUÉ ES EL BLOQUEO?
El bloqueo mental ocurre cuando nos encontramos ante un obstáculo en nuestros pensamientos, ocurre una interrupción en nuestros procesos cerebrales que nos impide actuar o pensar. La persona se queda paralizada a nivel mental, imposibilitando así la capacidad para actuar o realizar una actividad concreta. El cerebro en ese momento se protege ante actividades y o situaciones en las que se encuentra desbordado o que percibe peligro y no puede funcionar con normalidad. La reacción de lucha o huida, (también llamada reacción de lucha, huida o parálisis, hiperexcitación, o respuesta de estrés agudo) es una respuesta fisiológica ante la percepción de daño, ataque o amenaza a la supervivencia. La reacción es reconocida como la primera etapa de un síndrome de adaptación general que regula las respuestas de estrés. Los cambios fisiológicos que tienen lugar durante la reacción de lucha o huida se activan con el fin de proporcionar al cuerpo un incremento de fuerza y velocidad como anticipación al luchar o correr. Algunos de los cambios fisiológicos específicos y sus funciones son: Incremento del flujo sanguíneo hacia los músculos, desviándolo desde otras partes del cuerpo. Incremento de la presión sanguínea, ritmo cardíaco, nivel de glucosa en la sangre y grasas, con el fin de suministrar al cuerpo energía adicional. La función coagulante del cuerpo se acelera con el objetivo de evitar la pérdida excesiva de sangre en el caso de una lesión durante la reacción. Incremento en la tensión muscular con el fin de proporcionar al cuerpo velocidad y fuerza adicional. Las pupilas se dilatan para ayudar a ver con mayor claridad. Incremento de la sudoración para evitar el sobrecalentamiento debido al incremento del metabolismo. El bloqueo mental es una resistencia provocada por una emoción o pensamiento que queremos evitar. Sirve como mecanismo de defensa ante esas situaciones que pueden perturbarnos y se pone en marcha de manera automática. La sensación de estar bloqueado se caracteriza por una falta total de control de nosotros mismos: merman nuestras funciones mentales (pensar, atender, procesar información...) y nuestros movimientos se vuelven torpes, hasta llegar al punto de no avanzar. En resumen, dejamos de ser dueños de nuestras acciones y decisiones, pudiendo caer en un círculo vicioso que no nos permitirá evolucionar.
La explicación de la psicología evolucionista es que los humanos primitivos debieron reaccionar rápidamente ante estímulos amenazantes sin tener tiempo para prepararse física y psicológicamente. La reacción de lucha o huida proporcionó mecanismos a los humanos prehistóricos para responder rápidamente ante amenazas contra la supervivencia
POSIBLES CAUSAS DEL BLOQUEO MENTAL
El bloqueo, provoca que el rendimiento en el entrenamiento o en competición se reduzca de forma considerable. Montserrat Cascalló, presidenta de la Asociación de Coaching Deportivo de Cataluña, especialista en psicología del deporte y entrenadora, asegura que en estos casos es muy importante diferenciar entre dos conceptos: el bloqueo emocional y el bajo rendimiento en competición. El bajo rendimiento en competición se asocia a deportistas que aún no han aprendido a competir, sobre todo, por la incapacidad de mantener la concentración durante las pruebas (estar poco habituados a un entorno diferente) y por el exceso de estrés con el que se vive esta situación. El estrés es un aspecto negativo, ya que “no permite tener precisión en los movimientos, concentrarse para una correcta toma de decisiones ni lograr el grado de activación óptimo para competir”, describe la especialista. El entorno que les rodea, en ocasiones, aumentan el grado de estrés, que no ayuda a competir en condiciones óptimas. El bloqueo emocional es más complicado. “Surge cuando una emoción fuerte y negativa, ha quedado conectada a una situación”, define Cascalló. Entonces, cada vez que el deportista está en una misma circunstancia o similar, siente de nuevo la emoción pasada y eso imposibilita una actuación deportiva normalizada. Para ayudar a la persona a superar esto, el coaching y la psicología del deporte son de gran ayuda. Según Cascalló, la clave para superar la frustración en la actividad deportiva está en el desarrollo de la inteligencia emocional desde la infancia, que les permita, a su vez, desarrollar aspectos que les ayudarán en muchos ámbitos de la vida. El deporte es un medio idóneo para integrar estos aprendizajes, que también pueden englobarse en el campo laboral, social e, incluso, personal. En personas con un buen nivel de inteligencia emocional, la desilusión puede superarse de forma rápida mediante un análisis de la situación y la decisión sobre cómo reorientar el objetivo. Ian Maynard, psicólogo del Deporte de la Universidad de Sheffield Hallam (Reino Unido), asegura que los deportistas de alto rendimiento no están acostumbrados a manifestar sus emociones, ya que consideran que ello podría generarles problemas durante la competición y por este motivo, tienden a ser cerrados y muestran una imagen dura. Sobre todo, su cambio emocional en la etapa de preparación y concentración previo a su competición del que no son conscientes. En general, están sometidos a grandes niveles de estrés porque las expectativas que se tiene de ellos superan, con frecuencia, sus capacidades psicológicas. Ellos mismos se plantean metas que, si no las cumplen, provocan un estado de depresión que pocas veces expresan para no mostrar debilidad es ahí cuando son absorbidos por ideas equivocadas y pierden la dirección correcta de su vida. Otra de las razones puede ser la soledad derivada de los compromisos deportivos, que les mantiene alejados de sus familias durante largos períodos de tiempo. Es primordial que uno sea capaz de entender los errores como oportunidades de enseñanza. Una inteligencia emocional poco desarrollada, en cambio, no permite superar la emoción inicial de frustración y la persona acaba por desarrollar conductas agresivo-pasivas que no ayudan ni a mejorar ni a lograr más bienestar y pierde el rumbo. Provoca un círculo vicioso de difícil salida. Esto proviene del sentimiento de ira implícito en el desengaño. Partiendo de la base de que tienes claro cuál es tu objetivo, vamos a poner el foco en el segundo paso. Aquí la pregunta del millón es: ¿por qué no consigo ejecutar el ejercicio?, o ¿por qué antes sí y ahora no? Cada uno tendrá sus razones, pero para acotar el mar de experiencias personales, les voy a hablar de las dos posibilidades que se pueden presentar:
Barreras físicas: aquí el problema es que, o bien no dispones de una técnica lo suficientemente pulida para realizar el/los movimiento(s), o bien no tienes la suficiente fuerza/movilidad/flexibilidad, pudiéndose dar ambos casos a la vez.
Barreras mentales: no se ven y muchas veces tampoco se sabe explicar por qué aparecen exactamente, pero en ese preciso momento te quedas en blanco y pierdes el control de tu cuerpo, siendo totalmente incapaz de realizar lo que te piden. Son los comúnmente llamados “bloqueos” y pueden suponer realmente un rompedero de cabeza.
Si tras analizar tu caso llegas a la conclusión de que tu barrera es únicamente física, muy probablemente con trabajar la técnica y/o tu condición física sea más que suficiente para solucionar el estancamiento. Pero si estamos ante un bloqueo mental o emocional, da igual que tengas una condición física excelente y que tu técnica sea digna de olimpiadas, porque el trabajo principal no va a estar dirigido a mejorar tu cuerpo o tus habilidades, sino a liberar tu cabeza.
Los bloqueos mentales pueden ser causados por:
• Miedo Sensación de angustia ante un peligro real o imaginario. En nuestro caso, podemos sentir miedo a hacernos daño (caerme en el salto, que me dé un tirón en el aductor...) o a sentirnos juzgados (“¿hacer “in & out? No creo me salga bien y van a pensar que no se montar” (en el caso del salto ecuestre). • Necesidad de aprobación De aquí proviene el miedo a ser juzgados. Lo que ocurre es que nos obsesionamos con lo que opinan los demás (nuestro coach, compañeros, familiares...) hasta el punto de no ser objetivos con nuestro trabajo y el nivel en el que nos encontramos. Suele darse mayormente en competidores, porque dependen del juicio de otros para validar su trabajo como atletas y saben que con dar lo mejor de sí mismos puede no ser suficiente. • Baja confianza Cuando realmente no tenemos la seguridad de que algo nos va a salir bien o de que vamos a ser capaces de afrontar el reto. Nos juzgamos duramente y no valoramos los éxitos obtenidos, por más pequeños que sean. • Alta exigencia y perfeccionismo Ocurre cuando tenemos objetivos muy ambiciosos o cuando nos exigimos por encima de nuestras posibilidades. Representa niveles elevados de desempeño para uno mismo. Nos recriminamos el mínimo fallo y no estamos conformes con lo que llevamos acumulado hasta ahora. La persona siempre tendrá tareas que realizar, mejorar su rendimiento, demostrar que está cualificada para una cierta tarea, etc., pudiendo ocurrir justo lo contrario que esa exigencia supere sus capacidades, sintiéndose la persona limitada y bloqueada para su realización. • Presiones externas A veces no somos nosotros, sino los demás, los que quieren verte dar más de lo que tenías planeado. Por ejemplo, ese coach que, con toda su buena intención, te ordena saltar determinada combinación, porque “para tu nivel, es lo que deberías estar haciendo”. Estamos satisfechos con lo que damos, pero nos incomoda pensar que los demás no están contentos con nuestros resultados. • Falta real de esfuerzo Te sorprendes ante un nivel de dificultad al que no estás acostumbrado y eso puede provocar un bloqueo al no saber afrontar la situación. • Baja autoestima El concepto que una persona tiene de sí mismo es fundamental a la hora de creerse capaz de realizar tareas tanto cotidianas como aquellas que exijan un mayor rendimiento. La persona que desde la infancia se haya sentido mediocre, poco resolutiva, inferior a los demás, será más propensa a sufrir bloqueos mentales. Esta baja autoestima comienza en la familia, la ausencia de valoración de sus logros, la comprensión ante sus errores y la motivación para conseguir sus objetivos aprendiendo que puede equivocarse, son aspectos fundamentales que si no se le han brindado contribuirán a su padecimiento. • Frustración En estos casos, puede ocurrir, que las expectativas de una persona no se vean satisfechas y no exista una correcta gestión emocional. Esto desencadenará elevados niveles de frustración que no permitirán a la persona seguir una línea de pensamiento, produciéndose el bloqueo. • Estrés Entendemos el estrés como un conjunto de reacciones fisiológicas (sudoración de manos, temblor de piernas, necesidad de orinar, sequedad de boca, aumento de la tonicidad muscular, cansancio físico, malestar estomacal, diarrea, aumento de la frecuencia cardíaca, entre otro). La respuesta ante determinados estímulos estresantes requiere una elevada e intensa actividad cerebral, cuando estas situaciones se repiten reiterada e intensamente, el cerebro literalmente se agota, no pudiendo la persona pensar con claridad ni enfrentar determinadas situaciones. Cuando los recursos puestos en juego para la superación de las situaciones no cumplen con las demandas de dicha situación, se generan consecuencias negativas. Mejor llamado DISTRÉS, el cual repercute de manera NEGATIVA en la capacidad fisiológica y emocional de atleta. Situaciones traumáticas Las personas que padecen bloqueo mental pueden haber sufrido abandono, maltrato físico y/o psicológico en el hogar o en la escuela, pudiendo llegar a sufrir bullying. Lo que en situaciones en las que se sienta expuesto y el cuerpo y la mente las revivan, provocarán que se interrumpan los procesos cerebrales. En el caso del deporte, una caída, un golpe, una lesión, vergüenza, etc., pueden llegar a provocar un bloqueo emocional.
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